Hoy, Koldo, me ha mandado este correo electrónico:
Estos días, mucho se ha escrito sobre el terrible caso del niño Rayán. Se ha escrito, se escribe y se escribirá. La mayoría de lo escrito aporta poco a la reflexión, salvo honrosas excepciones, mucho periodismo barato y cócteles variopintos donde todo vale para llenar la actualidad.
A mi me ha hecho reflexionar sobre un tema. La Seguridad del Paciente. Hasta hoy lo vivía como una de esas tantas iniciativas que no están mal pero que no me conseguían enganchar. Hoy, la cruda realidad, le ha dado todo el sentido a esta iniciativa y a la dinámica que subyace, o mejor debe subyacer, no sólo para aprender de los errores sino para aplicar metodología validada a los procesos para intentar prever donde puede producirse un error y trabajar en ello.
Supongo que a partir de ya, saldrá una normativa que impida que se puedan acoplar una vía oral o nasográstrica con una endovenosa, se identificarán las vías por colores o que sé yo. Pero seguro que este error no se debe poder reproducir por no haber tomado decisiones al respecto.
En mi organización hay un grupo de Seguridad de Pacientes. Hoy, por desgracia, les han concedido un protagonismo sin par y les han dado más sentido si cabe a su trabajo. Desde hoy pienso colaborar a tope y animarles en su desempeño.
Esto no es un ejecicio de simulación, es real como la vida misma.
Un par de direcciones:
Seguridad del Paciente del MSC
Sano y salvo (un blog sobre el tema, en el que me ha sorprendido que no exista ni una reflexión sobre un tema que les afecta tan directamente)
Estos días, mucho se ha escrito sobre el terrible caso del niño Rayán. Se ha escrito, se escribe y se escribirá. La mayoría de lo escrito aporta poco a la reflexión, salvo honrosas excepciones, mucho periodismo barato y cócteles variopintos donde todo vale para llenar la actualidad.
A mi me ha hecho reflexionar sobre un tema. La Seguridad del Paciente. Hasta hoy lo vivía como una de esas tantas iniciativas que no están mal pero que no me conseguían enganchar. Hoy, la cruda realidad, le ha dado todo el sentido a esta iniciativa y a la dinámica que subyace, o mejor debe subyacer, no sólo para aprender de los errores sino para aplicar metodología validada a los procesos para intentar prever donde puede producirse un error y trabajar en ello.
Supongo que a partir de ya, saldrá una normativa que impida que se puedan acoplar una vía oral o nasográstrica con una endovenosa, se identificarán las vías por colores o que sé yo. Pero seguro que este error no se debe poder reproducir por no haber tomado decisiones al respecto.
En mi organización hay un grupo de Seguridad de Pacientes. Hoy, por desgracia, les han concedido un protagonismo sin par y les han dado más sentido si cabe a su trabajo. Desde hoy pienso colaborar a tope y animarles en su desempeño.
Esto no es un ejecicio de simulación, es real como la vida misma.
Un par de direcciones:
Seguridad del Paciente del MSC
Sano y salvo (un blog sobre el tema, en el que me ha sorprendido que no exista ni una reflexión sobre un tema que les afecta tan directamente)
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