Estoy doblemente preocupada. Leo que mi Consejería ha comprado 6.000 vacunas combinadas de hepatitis A + B de adulto al precio de 36,40 € cada una, para satisfacer la demanda de vacunar frenta a ambas hepatitis.
Mi primera preocupación ha sido ver cuanto de eficaces son los gestotres actuales al manejar la denominada economía de escala.
Compruebo que han conseguido negociar un suculento descuento de 0,63% € por envase, lo que viene a ser un descuento del 1,70% del pedido total tras haber comprando 6.000 unidades. No soy una economista ni buena negociante, pero se me antoja un poco escaso el resultado final.
Mi segunda preocupación es la terrible sensación de que han atentado contra mi libertad de prescripción. Me obligan a recetar una combinada cuando yo soy más, de toda la vida, de recetar de una en una, la A con la A y la B con la B. Menos mal que mañana mismo el Sindicato Médico de Euskadi sacará un manifiesto al respecto para defenderme de esta intromisión y de que dioses terrenales, que mira que los hay malos, malos, cabrones, cabrones, tontos, tontos, que si se muerden la lengua se envenenan, postearan defendiendo mi sacrosanta libertad a recetar lo que quiera y mi libertad para dar de comer a quien me promociona en su medios.
Mi segunda preocupación es la terrible sensación de que han atentado contra mi libertad de prescripción. Me obligan a recetar una combinada cuando yo soy más, de toda la vida, de recetar de una en una, la A con la A y la B con la B. Menos mal que mañana mismo el Sindicato Médico de Euskadi sacará un manifiesto al respecto para defenderme de esta intromisión y de que dioses terrenales, que mira que los hay malos, malos, cabrones, cabrones, tontos, tontos, que si se muerden la lengua se envenenan, postearan defendiendo mi sacrosanta libertad a recetar lo que quiera y mi libertad para dar de comer a quien me promociona en su medios.
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