jueves, 15 de julio de 2010

Cuando los arboles del niqab no dejan ver el bosque



Mira que son complicados todos estos temas. Pero no por menos compicados la polémica es baladí.

La noticia que ha surgido en Vitoria a cuenta de una mujer, que usa el niquab alegando motivos religiosos y que no cede en su postura de quitárselo en ciertas circunstancias, ha terminado en un juzgado donde la jueza, con más poder que el pobre médico, le ha dicho que o se lo quita en el juicio o verdes las han segado.

Pero una lectura de los detalles hace que este caso dé para mucho más y que al final el tema del niqab sea una pura anédocta. La "usuaria" acude a un centro que no le corresponde porque se ha cambiado de domicilio y en vez de realizar los trámites que se les exige a los alaveses para que te asignen un nuevo médico, se los salta y exige que el JUAP le de "dos volantes" que para eso es tiene unos derechos que no tienen los alaveses. Cuando alguien se lo niega, llama a su primo el de zumosol, en este caso el marido, que ni corto ni perezoso, aporrea puertas, insulta y amenaza al médico. No satisfecho también insulta a los ertzaintzas que acuden para apaciguar la trifulca que se ha montado. Por último, según leo en la prensa, se va a ir a hacer unos bolos televisivos contando lo discriminada que está por usar el niquab que por cierto es una prenda de origen afgano y la señorita  en cuestión es tunecina marroquí donde su uso no es habitual y si el uso del hiyab. No sé si denunciará también a la jueza pero no me extrañaría ni un pelo.

Vamos, que resulta que es una de esas usuarias para la que las normas no existen. Sólo sirven sus normas y por supuesto todo el personal y la organización debe estar a su servicio. (ma me mi conmigo) Que nadie caiga en la trampa del niqad. Es una jeta de cortar
 
PD: Resulta que Rosaura, una amiga mía, se va a trabajar a un pais árabe muy radical donde hace mucho calor A ella le encanta ir en mini short porque tiene unas piernas que te mueres de largas y bien torneadas, la muy puñetera, y le mola que le dé el airecito en la zona del muslamen cuando aprieta la "caló". Sabe que a pesar de que su religión, de que su libertad, le dicen que puede y debe hacer  lo que le plazca si no molesta al prójimo, en ese país no lo puede hacer. Ni se le ocurre porque sabe que si lo hace terminará en la carcel.

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