martes, 8 de diciembre de 2009

Periodismo independiente

¿Se acuerdan ustedes cuando la prensa lucía con orgullo eso de ser un “diario independiente” ? Ahora ya ni el más independiente se atreve a decirlo porque sería, en el mejor de los casos ,un mensaje antiguo y que no se lo creería ni el más iluso del lugar.

¿Y a qué viene esta reflexión en una mente inestable como la mía que habitualmente navega (sin rumbo) por los mares de la sanidad?

Hoy en El Correo se publica una carta de un familiar en relación a un ingreso, por una fractura de cadera en una persona mayor, en el servicio de Traumatología del H. de Cruces ,que acabó en un fallecimiento por una sepsis antes de ser operada.

La misma noticia, ocupa una página entera en el Deia con entrevista a los hijos de la fallecida y con ese estilo que se les pone a ciertos periodistas cuando se les obstruye el colédoco.

No quiero entrar en el contenido del artículo porque da igual. Estamos curados de espanto con este tipo de enfoques y formas de contar. Lo que llama la atención y lo que me ha motivado para este post, es constatar como el Deia, independiente hasta las trancas, habrá recibido la misma carta que el Correo, pero, como ahora les toca hacer de voceras de la oposición, huelen escándalo en la carta y se preparan para hincar el diente llamando a la familia afectada para montar un reportaje de toda una página.

La versión de Traumatología de Cruces se concentra en la frase “La Dirección de Gestión del hospital de Cruces no ha contestado a las llamadas de DEIA para ofrecer su versión sobre este dramático hecho.” Y menos mal que se han callado, porque conociendo a la ictérica periodista, Nekane Lauzirika, también conocida con el nombre de Nekane Landa en otros medios, lo peor que puedes hacer es dar tu versión de los hechos ya que tienes garantizado que te va a publicar lo que le salga de los ovarios y que va a manipular con entrecomillados todo lo que puedas opinar.

¿Pero porqué el Deia arremete ahora contra Cruces? ¿Se ha abierto la veda y hay que disparar a todo lo que se mueva? ¿Han optado por la táctica del campo quemado?

¿Y cuando el PNV retorne al gobierno? ¿Creen que la gente no va a tener memoria de lo que ha pasado? ¿Es que todo es válido en esta mierda de guerra política?

Cuidadito, que quien juega con fuego corre el peligro de quemarse y hay cicatrices, como las queloideas, que no se van ni con lija del 3.

5 comentarios:

  1. Lis:
    ¿Ahora te das cuenta de cómo funciona "la canallesca"?
    Me llama la atención que publiques este post ahora contra Deia.
    Si tiraras de hemeroteca nos saldría a todos un sarpullido con los muchos artículos sobre Osakidetza que han publicado "El Correo", "El País", y "El Mundo".
    Hay que ser más ecuánime al hechar pestes contra quien te critique.
    ¡ Seguro que alguien escribe un día un libro sobre el trato de la prensa a la sanidad (y al resto de servicios) pública y desenmascara los intereses espúreos (intereses políticos y económicos) de los gacetilleros que se las dan de periodístas...!

    ResponderEliminar
  2. Totalmente de acuerdo. Es un post sobre la independencia de la prensa. Y hoy le ha tocado al Deia porque me lo ha puesto a huevo pero si me has leido con asiduidad recordaras mis amores lésbicos hacia Carmen Barreiro, de El Correo o lo que le insinué al gacetillero de El Mundo en el caso Margüello.
    Aunque tengo que reconocer que aun no se me ha pasado el cabreo contra el Deia por lo guarros que fueron con mi amigo Rocambole
    Es lo que pasa con esto de la memoria histótica

    ResponderEliminar
  3. De todas formas, aunque no he leído el artículo de Deia, tengo que decir que la carta de El Correo en mi opinión está muy bien. No carga contra Osakidetza, ni siquiera contra el Hospital de Cruces. Menciona su versión de los hechos sobre la atención que recibió su madre por parte de unos profesionales, cree que no son de recibo, y manifiesta su queja y el deseo de que tales prácticas sean correjidas por parte de los responsables. No creo que se pueda reprochar nada a la familia en este sentido.
    Luego, claro está, entra en juego la poca visión al dejarse manipular por una periodista, pero es difícil reprochárselo a ellos, todavía afectados por el fallecimiento del familiar.

    ResponderEliminar
  4. ¿Quien dijo que el Deia es independiente? nada mas lejos de la realidad y ahora después de 30 años se les ve el plumero mas que nunca, antes eran la gaceta del gobierno y solo sacaban noticias positivas de la sanidad y ahora en cuanto huelen a escándalo, ahí están, antes ni hubieran hecho mención. También es cierto que el "amarillismo" es un defecto común de todos los medios de comunicación, pero a nadie se le ha notado mas el partidismo que al deia, según mi opinión.

    ResponderEliminar
  5. Pues tú más. No, no, tú más. Y así todo el día.
    Puedo decir (por experiencias propias), que a veces, cuando tienes familiares en una planta, sobre todo de trauma, tienes una horrible sensación de dejadez, o de abandono, que empeora con el desconocimiento de las rutinas del sitio.
    Si el tema va mal y se muere el paciente, sobre todo, sin previo aviso, te sientes todavía peor. Sin prejuzgar en este caso, lo que suele pasar es que, como ya reflejó Alfonso Soto Beobide acerca de la gripe, lo único que falta es información, ya que la historia es la que toca, y normalmente se muere el que toca cuando toca de las complicaciones que tocan.
    Es verdad que en la Sanidad pública a veces falta imagen, dar esa impresión de que estás pendiente del caso como si fuera el único que atiendes, y otras zarandajas hosteleras, pero los resultados globales avalan que se hacen las cosas bastante bien.
    Y la pasta que se podría sacar, si los jueces abrieran la mano. Ya que por principio no prosperan las reclamaciones porque se asume que las cosas se hacen bien y hay que demostrar que hubo esa dejadez que se alega. Y amigos, ahí hemos topado: En las plantas hay esos benditos ángeles de azul y de rosa que sí se enteran, sí controlan, sí nos avisan a los de la bata, y si no pasan más cosas, es porque ellasellos están ahí...
    Otra cosa son las batallitas políticas en las que estamos inmersos. Desde los años 70 del siglo pasado o así (que yo recuerde). Que sigamos así, ¿será signo de normalidad política o todo lo contrario? Hagan sus apuestas...
    Ramón

    ResponderEliminar