Hoy, Koldo y yo, como está el día un poco chungo, hemos ido a tomar un aperitivo a una terrazita. Koldo leía el XLSemanal y tras un ratito enfrascado en su lectura me dice:
Arturo Pérez Reverte es de esos escritores que me produce sensaciones dispares. Unos días me parece el ecritor más brillantre del planeta y otros me parece un chulo prepotende barriobajero. Pero todas las semanas me leo su sección. Como dice la canción: "no puedo vivir sin él"
Hoy ha escrito un artículo que parece una crónica sanitária de otra mente inestable (vamos, como la tuya pero en distinto, incluso si me apuras, tu mejor que él, donde va a parar). Para mi ha sido como un "déjà vu" y la referencia a los seguratas me ha recordado mucho a lo del botón del pánico. !Seré mal pensado!
Arturo Pérez Reverte es de esos escritores que me produce sensaciones dispares. Unos días me parece el ecritor más brillantre del planeta y otros me parece un chulo prepotende barriobajero. Pero todas las semanas me leo su sección. Como dice la canción: "no puedo vivir sin él"
Hoy ha escrito un artículo que parece una crónica sanitária de otra mente inestable (vamos, como la tuya pero en distinto, incluso si me apuras, tu mejor que él, donde va a parar). Para mi ha sido como un "déjà vu" y la referencia a los seguratas me ha recordado mucho a lo del botón del pánico. !Seré mal pensado!
Totalmente de acuerdo en lo de Perez Reverte. Y lo otro, más que sonar, huele.
ResponderEliminarMis amigos Felipe y Miguelito dicen que lo del botón del pánico les parece especialmente práctico para consultorios de atención primaria atendidos por dos personas, o, a veces, sólo una, y que además, geográficamente, están aislados. Creen que deberiamos sugerir al Departamento de formación continuada que organice cursos de autodefensa (judo, karate ...) y a la Dirección económica que nos provea del material necesario.
Felipe sigue diciendo que "la cobardía tiene tantos matices..."
Mafalda
Ay Felipe: Ese si que era/es una mente sabia. Siempre ha sido para mi un referente en la vida. Voy a ver si desempolvo sus viejos tratado, y los releo una tarde nublada de verano.
ResponderEliminarMe presto a dar los cursillos de karate. No es tan difícil. Y si no, hay un arte marcial dedicado a defenderse e inmovilizar animales salvajes. También hay unos cascos preciosos de un material acolchado que se pueden pedir a la federación, que entre semana no suelen usar al no haber competiciones.
ResponderEliminarEstuve pensando en escribir al semanal, pero no lo haré, ya que no es un artículo racista. Puede que los andaluces sean diferentes. Pero yo he tratado con muchos gitanos y a muchos gitanos y siempre han sido muy respetuosos con el "dotor", por mal que fuera el proceso. Aunque son muy sentidos, tienen mejor asumido que nosotros el ciclo de la vida. En general, claro, luego están las excepciones.
Y luego está el tema de la información. No es lo mismo ser el referente, casi endiosado, de una familia, que pasar por ahí en el último momento, y jamarse todo casi sin tablas (y sin el cursillo de defensa personal).
Estar en un hospital y no en primaria me tranquiliza, también, a la hora de pensar en agresivos.
Lo único que creo útil (triste consuelo), de la Administración, es que se considere atentado contra la autoridad, penado con cárcel (una vez ocurrida la agresión, triste consuelo). Ramón
¡Caramba Ramón! Eso es tener espíritu práctico.
ResponderEliminarPercibo un cierto tonillo en el "tambien" referido al hospital y primaria que me intranquiliza.Desde primaria, me dan miedo, no sólo los agresivos, sino tambien, la anunciada fusión entre la primaria y la especializada. Como decía Lis, el pez grande se come al chico y yo, estoy empezando a sentirme como una quisquilla pinchada en un anzuelo, ante los ojos golosos de un mero enorme que, de un momento a otro, empezará a abrir la boca.
Mafalda
Tranquila Mafalda. Los hospitales de agudos tal como los conocemos debieran tener los días contados en el panorama sanitario crónico-vejestorio que se nos dibuja. Otra cosa es que los popes intenten pillar en el nuevo sistema su parcela y su presupuesto, lo cual sólo indica que no hay nada nuevo bajo el sol. A final, como siempre, mandarán los de siempre, cuenta con ello. Ramón
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