Lo que está pasando estos días en los medios de comunicación me tiene a la vez confundida, aterrada y muy, muy cabreada.
Ya lo insinué en un post anterior pero es que la cosa no tiene enmienda y "mal que no mejora, empeora."
Ya lo insinué en un post anterior pero es que la cosa no tiene enmienda y "mal que no mejora, empeora."
Asistimos a la ley del péndulo.
En un extremo del recorrido pendular se sitúan todas aquellas posturas que denominaremos de "excesos en la prevención" y "estás enfermo aunque no lo sepas aún" y en consecuencia se lanzan mensajes de "mírate por si acaso", "y si es pasando por mi centro mejor" con mensajes que no resisten el más mínimo rigor científico y con un claro afán de lucro ("que tengo que amortizar el aparato"). Luego está la Industria Farmacéutica procurando que se medicalice las cosas más nimias y planteando escenarios catastrofistas ante los cuales sólo existe una solución. Tomar fármacos. ( ahora me voy explicando la proliferación de tantos "Días Internacionales de ...")
No quiero olvidarme de los medios de comunicación que han encontrado en este batiburrilo un momio, que les llenan páginas de los periódicos y les da titulares llamativos y que aunque sólo son los mensajeros, un poco de contención no les vendría mal. (al igual que la fina línea ente bueno y tonto es sutil, lo mismo puede suceder entre el periodismo y ser un "voceras" al servicio de causas poco nobles)
En el otro extremo están los gurús de la apocalipsis convencidos de que toda prevención es mala y aconsejando a la población que "lo mejor es no mirarse nada de nada y ser feliz" (luego cuando te dé un pampurrio, "yo no he sido").
Y en el medio, el silencio de los corderos. La autoridad sanitaria haciendo dejación de su obligación de marcar pautas claras y con el aval científico oportuno que sean, como con la ley del tabaco, de obligado cumplimiento por todo aquel que se diga sanitario.
Tanta EuskoNICE, tanta agencia nueva pero en estos temas que son claros no nos gastamos un duro en educar a la población.
Como bien dice Ramón, existe la zona gris y en ella no se puede pontificar pero en las otras zonas la prevención no puede constituirse en un negocio que cause más problemas que beneficios para la población. Ni se pueden lanzar mensajes absolutistas en contra de actividades aceptadas mundialmente.
Lo único que conseguimos es que los pacientes no se fíen ni de su padre y que al final tenga más valor la opinión de un vecino o conocido "que a propósito de un caso" le fue bien o de pena según se trate y acabaremos viendo como la Esteban (o similar), en programas como Sálvame (o similares), sea la que marque las pautas sanitarias de un país
Y si no, al tiempo.
Solución:
En un extremo del recorrido pendular se sitúan todas aquellas posturas que denominaremos de "excesos en la prevención" y "estás enfermo aunque no lo sepas aún" y en consecuencia se lanzan mensajes de "mírate por si acaso", "y si es pasando por mi centro mejor" con mensajes que no resisten el más mínimo rigor científico y con un claro afán de lucro ("que tengo que amortizar el aparato"). Luego está la Industria Farmacéutica procurando que se medicalice las cosas más nimias y planteando escenarios catastrofistas ante los cuales sólo existe una solución. Tomar fármacos. ( ahora me voy explicando la proliferación de tantos "Días Internacionales de ...")
No quiero olvidarme de los medios de comunicación que han encontrado en este batiburrilo un momio, que les llenan páginas de los periódicos y les da titulares llamativos y que aunque sólo son los mensajeros, un poco de contención no les vendría mal. (al igual que la fina línea ente bueno y tonto es sutil, lo mismo puede suceder entre el periodismo y ser un "voceras" al servicio de causas poco nobles)
En el otro extremo están los gurús de la apocalipsis convencidos de que toda prevención es mala y aconsejando a la población que "lo mejor es no mirarse nada de nada y ser feliz" (luego cuando te dé un pampurrio, "yo no he sido").
Y en el medio, el silencio de los corderos. La autoridad sanitaria haciendo dejación de su obligación de marcar pautas claras y con el aval científico oportuno que sean, como con la ley del tabaco, de obligado cumplimiento por todo aquel que se diga sanitario.
Tanta EuskoNICE, tanta agencia nueva pero en estos temas que son claros no nos gastamos un duro en educar a la población.
Como bien dice Ramón, existe la zona gris y en ella no se puede pontificar pero en las otras zonas la prevención no puede constituirse en un negocio que cause más problemas que beneficios para la población. Ni se pueden lanzar mensajes absolutistas en contra de actividades aceptadas mundialmente.
Lo único que conseguimos es que los pacientes no se fíen ni de su padre y que al final tenga más valor la opinión de un vecino o conocido "que a propósito de un caso" le fue bien o de pena según se trate y acabaremos viendo como la Esteban (o similar), en programas como Sálvame (o similares), sea la que marque las pautas sanitarias de un país
Y si no, al tiempo.
Solución:
- Un organismo oficial que marque las pautas en prevención (al estilo del PAPPS pero oficial)
- Al que se salga de la zona gris, llamadita al orden por alteración del orden público
- Campañas oficiales serias en contras de campañas interesadas
- Reforzar la relación del paciente con su médico, que es lo más sagrado que tenemos. Y el que atente contra ella, al paredón (es metáfora. Lo aclaro porque hay tanto tonto suelto ….)
- Y otras que seguro se os ocurren y que podéis aportar