viernes, 26 de junio de 2009

Una crisis de pareja

Hace cosa de un par de meses, mi chico, Rafael, y yo, en una noche romántica, a la luz de unas velas, nos miramos tiernamente a los ojos y nos hicimos unas promesas el uno al otro.

A raíz de esa noche vivimos juntos. Hasta hoy las cosas iban bien. La esperanza y la confianza impregnaban el ambiente. Hoy he tenido que poner un ambientador con olor a lavanda porque el aire se ha enrarecido.

Va mi chico, y de buenas a primeras, empieza a matizar las cosas tan bonitas que me dijo aquella noche y con las que me obnuviló. Dice que si son cosas que se dicen,pero que una cosa son las promesas y otra la vida cotidiana. Yo le digo que si lo sé, de qué le dejo venirse al piso de ocupa.? Que las cosas claras y el chocolate espeso.

Y en esas estamos. En plena crisis de confianza y esperando a ver en que se queda lo que se dijo. Mientras tanto, ya le he dicho, que de tocarme el culo, nada de nada


Que sabia era mi abela cuando me decía:

No te fies de los chicos que todos piensan igual: prometer hasta meter y una vez metido nada de lo prometido.

1 comentario:

  1. Me decía hoy un abogado sindical (o debo decir, el abogado sindical) que entre ellos no se muerden. Al hilo de la recolocación de los pocos que han salido de sanidad o de osakidetza. Así que tranquila Lis. No es una cuestión de sexismo. Es de clasismo. Quizá sea bueno, que ya es de ellos, de la clase política. Nosotros aquí nos quedamos. De curritos.

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