Ayer me encontré con Koldo, un antiguo amigo con derecho a roce y con el que me llevo muy bien a pesar de la ruptura.
Le vi preocupado y tristón por lo que le invité a tomar un cafelito y a charlar un rato. La razón de sus situación era que, según su opinión, estaba en EL LIMBO.
Me costó entender de lo que hablaba ya que yo que fuí a colegio de monjas, y enseguida asocié la palabra con aquello de las almas que no iban ni al cielo ni al infierno. Y resulta que él está igual. No sabe si acabará en el cielo o en el infierno.
Resulta que es médico de Osakidetza y joven. No ha llegado a los 45 tacos. Y resulta que un día alguien decidió que su plaza de médico debía perfilarse (que no tiene nada que ver con perfilarse el ojo o el labio, que es lo que yo conozco por perfilar). Para los que no conoceis este tema: que para currar en ese puesto tiene que conocer y dominar el euskera.
Como el es de "erdera" de toda la vida, solicitó que le liberaran para poder aprenderlo y así lo hizo, pero él ( con otros 1320 colegas suyos) no han conseguido el nivel exigido y se acaba el tiempo que les dieron para ello.
¿Y ahora qué? Pues esa es la cuestión
El cielo: que como falta personal, se haga algún apaño para ampliar el plazo o desperfilar (me encanta inventarme palabros) su plaza y así, seguir como está.
El infierno: Que le manden a su casa o a otra plaza sin perfil, en las chimbambas
Y claro: todo esto además de seguir al día con los efectos secundarios de los fármacos, con la última guía consensuada, disfrutar con el nuevo Osabide-AP ...
Como ahora no tengo ningún compromiso serio, hemos quedado para echar un kiki, a ver si se anima un poco.
Le vi preocupado y tristón por lo que le invité a tomar un cafelito y a charlar un rato. La razón de sus situación era que, según su opinión, estaba en EL LIMBO.
Me costó entender de lo que hablaba ya que yo que fuí a colegio de monjas, y enseguida asocié la palabra con aquello de las almas que no iban ni al cielo ni al infierno. Y resulta que él está igual. No sabe si acabará en el cielo o en el infierno.
Resulta que es médico de Osakidetza y joven. No ha llegado a los 45 tacos. Y resulta que un día alguien decidió que su plaza de médico debía perfilarse (que no tiene nada que ver con perfilarse el ojo o el labio, que es lo que yo conozco por perfilar). Para los que no conoceis este tema: que para currar en ese puesto tiene que conocer y dominar el euskera.
Como el es de "erdera" de toda la vida, solicitó que le liberaran para poder aprenderlo y así lo hizo, pero él ( con otros 1320 colegas suyos) no han conseguido el nivel exigido y se acaba el tiempo que les dieron para ello.
¿Y ahora qué? Pues esa es la cuestión
El cielo: que como falta personal, se haga algún apaño para ampliar el plazo o desperfilar (me encanta inventarme palabros) su plaza y así, seguir como está.
El infierno: Que le manden a su casa o a otra plaza sin perfil, en las chimbambas
Y claro: todo esto además de seguir al día con los efectos secundarios de los fármacos, con la última guía consensuada, disfrutar con el nuevo Osabide-AP ...
Como ahora no tengo ningún compromiso serio, hemos quedado para echar un kiki, a ver si se anima un poco.
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