Ahora la metafórica 'ofensiva' se centra en los servicios médicos, en que éstos se impliquen para informar, aconsejar y finalmente 'convertir' a cada vez más vascos en ex fumadores.
Y ese toro enamorado de la luna que abandona por las noches la manada...... para fumarse un cigarrito.
El aroma a tabaco y campo alcanza el salón del cortijo. La voz de alarma se dispara y recorre sus rincones. Los caballistas montan raudos sus corceles y cogen sus garrochas. Se distribuyen por el campo y comienza el acoso y derribo del eral (digo... del fumador)
Con una estrategia ancestral se van concretando las cinco fases del ritual. Tras "averiguar" donde se encuentra, se procede a "aconsejar" al eral a que vuelva a la manada. Es el momento de "apreciar" si está por la labor o si puede lanzarnos un derrote que hiera a nuestra cabalgadura. Si el eral muestra bravura pero humilla la cerviz, es el momento de "ayudar" a materializar el retorno y por último se procede a "acordar" . Si a acordarse de la madre que los parió. Que ya está bien de tanto acoso y derribo. Que una cosa es que el tabaco sea malo, que digo malo, peor, y otra que nos convirtamos en la Stasi (Ministerium für STAaatsSIcherheit,) de Osakidetza.
A este paso no vamos a encontrar a ningún fumador en la consulta. Se correrá la voz de que la brigada antitabaco está activa y que actúa como los escuadrones anticrimen. Los fumadores pasarán a la clandestinidad, se organizarán para los fumeteos en las catacumbas, establecerán entre ellos códigos secretos para identificarse, traficarán con mercancía de contrabando… pero sobre todo se pasaran la información en web especializadas y encriptadas sobre los médicos que pertenecen a la Stasi. Y tendrán como lema la NEGACION.
¿Fumas? NO, NO Y NO. Por Snoopy, lo juro, no fumo y si me huele la ropa es porque uso colonia "O" de Tabac.
Y ese toro enamorado de la luna que abandona por las noches la manada...... para fumarse un cigarrito.
El aroma a tabaco y campo alcanza el salón del cortijo. La voz de alarma se dispara y recorre sus rincones. Los caballistas montan raudos sus corceles y cogen sus garrochas. Se distribuyen por el campo y comienza el acoso y derribo del eral (digo... del fumador)
Con una estrategia ancestral se van concretando las cinco fases del ritual. Tras "averiguar" donde se encuentra, se procede a "aconsejar" al eral a que vuelva a la manada. Es el momento de "apreciar" si está por la labor o si puede lanzarnos un derrote que hiera a nuestra cabalgadura. Si el eral muestra bravura pero humilla la cerviz, es el momento de "ayudar" a materializar el retorno y por último se procede a "acordar" . Si a acordarse de la madre que los parió. Que ya está bien de tanto acoso y derribo. Que una cosa es que el tabaco sea malo, que digo malo, peor, y otra que nos convirtamos en la Stasi (Ministerium für STAaatsSIcherheit,) de Osakidetza.
A este paso no vamos a encontrar a ningún fumador en la consulta. Se correrá la voz de que la brigada antitabaco está activa y que actúa como los escuadrones anticrimen. Los fumadores pasarán a la clandestinidad, se organizarán para los fumeteos en las catacumbas, establecerán entre ellos códigos secretos para identificarse, traficarán con mercancía de contrabando… pero sobre todo se pasaran la información en web especializadas y encriptadas sobre los médicos que pertenecen a la Stasi. Y tendrán como lema la NEGACION.
¿Fumas? NO, NO Y NO. Por Snoopy, lo juro, no fumo y si me huele la ropa es porque uso colonia "O" de Tabac.
Empoderamiento si, achorramiento no
Completamente de acuerdo. A pesar de que no fumo, con esta cruzada me están entrando ganas, sólo por llevar la contraria (Ramón no te mosquees). No basta con vencer,sobre todo hay que convencer.
ResponderEliminarMafalda
Yo suelo decir: "Fumad, fumad, que mi trabajo depende de ello." No saben si lo digo en serio o en broma. Yo muchas veces tampoco sé si hablo en serio o en broma. Ahora en serio. Estoy de acuerdo en que estas cosas hay que hacerlas por el convencimiento, no por el vencimiento. Que dejen de fabricar. Que dejen de vender. Que se quiten la careta de la hipocresía. Y dejaremos de fumar (metafóricamente la primera persona del plural).
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