Hoy traigo a colación al Sr Freire por varios motivos. La verdad es que en los últimos meses, su presencia en los medios es cada día mas patente y da la impresión de que está reivindicando un papel mas protagonista en la esfera política. Para los que no le conozcan o no le recuerden, dicho con más precisión, el Sr Freire fue Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco. De aquella etapa comenta en una entrevista (entrevista completa aquí):
Háblemos de su etapa en el País Vasco…
P.- ¿Su estancia en el País Vasco siempre la ha considerado como una de las experiencias personales y profesionales de mayor interés en su vida?
R.-Es cierto, lo fue. Fueron cuatro años muy intensos y no es fácil resumirlos. Formé parte del primer Gobierno de Coalición entre el PSE-PSOE/PNV (1987-91), el gobierno que gestionó las transferencias del INSALUD y puso en marcha al completo el Osakidetza/Servicio Vasco de Salud. Fue Ramón Jáuregui (Vicelehendakari y jefe del equipo socialista en el Gobierno de coalición) el que me llamó; no nos conocíamos, de modo que fue un fichaje-apuesta por el que le estaré agradecido siempre. De todos modos, aceptar no fue una decisión fácil, aunque me fascinaba el reto. Me decidió mucho la actitud de Ramón Jáuregui, su entusiasmo por lo que aquel Gobierno significaba para Euskadi, la importancia de la transferencia del INSALUD, en fin, que valía la pena. Jáuregui se comprometió a apoyar las políticas más importantes a desarrollar, y cumplió, a pesar de las dificultades. Los cuatro años de gobierno fueron apasionantes. Se hicieron muchas cosas que fueron pioneras en España y están hoy generalizadas: avance en la universalización incluyendo en la sanidad a los colectivos de beneficencia, Tarjeta Individual Sanitaria, elección de medico y de hospital (¡el gran anuncio del Gobierno de Esperanza Aguirre en 2008!), cita previa telefónica para el médico de cabecera, derecho a segunda opinión, servicio dental infantil desde 1990 (anunciado en 2007 para toda España por el Ministerio de Sanidad), una política pionera contra el SIDA, fluoración del agua para más del 80% de la población, etc.
Sin embargo que lo realmente valoro no es el catálogo de innovaciones realizadas, sino haber podido contribuido a que Osakidetza fuera la institución más apreciada y mejor valorada de Euskadi, con todo lo que ello significa… No tengo las claves de ello, excepto la participación entusiasta de muchos médicos y profesionales en un proyecto de sanidad publica que consideraban suyo, y el que trabajábamos con una idea de Servicio Vasco de Salud que estaba muy en sintonía con valores muy arraigados en la sociedad vasca, especialmente la solidaridad.
Pero el motivo de haberle hoy adjudicado el post del día, es un interesante artículo publicado en El País titulado Interesada confusión, en el que hace un repaso preciso de la realidad entre la vida privada/pública de la sanidad y las distintas formas de gestión de esa realidad.
De obligada lectura para los que aun no distinguen entre un financiador y un proveedor de servicios.
Háblemos de su etapa en el País Vasco…
P.- ¿Su estancia en el País Vasco siempre la ha considerado como una de las experiencias personales y profesionales de mayor interés en su vida?
R.-Es cierto, lo fue. Fueron cuatro años muy intensos y no es fácil resumirlos. Formé parte del primer Gobierno de Coalición entre el PSE-PSOE/PNV (1987-91), el gobierno que gestionó las transferencias del INSALUD y puso en marcha al completo el Osakidetza/Servicio Vasco de Salud. Fue Ramón Jáuregui (Vicelehendakari y jefe del equipo socialista en el Gobierno de coalición) el que me llamó; no nos conocíamos, de modo que fue un fichaje-apuesta por el que le estaré agradecido siempre. De todos modos, aceptar no fue una decisión fácil, aunque me fascinaba el reto. Me decidió mucho la actitud de Ramón Jáuregui, su entusiasmo por lo que aquel Gobierno significaba para Euskadi, la importancia de la transferencia del INSALUD, en fin, que valía la pena. Jáuregui se comprometió a apoyar las políticas más importantes a desarrollar, y cumplió, a pesar de las dificultades. Los cuatro años de gobierno fueron apasionantes. Se hicieron muchas cosas que fueron pioneras en España y están hoy generalizadas: avance en la universalización incluyendo en la sanidad a los colectivos de beneficencia, Tarjeta Individual Sanitaria, elección de medico y de hospital (¡el gran anuncio del Gobierno de Esperanza Aguirre en 2008!), cita previa telefónica para el médico de cabecera, derecho a segunda opinión, servicio dental infantil desde 1990 (anunciado en 2007 para toda España por el Ministerio de Sanidad), una política pionera contra el SIDA, fluoración del agua para más del 80% de la población, etc.
Sin embargo que lo realmente valoro no es el catálogo de innovaciones realizadas, sino haber podido contribuido a que Osakidetza fuera la institución más apreciada y mejor valorada de Euskadi, con todo lo que ello significa… No tengo las claves de ello, excepto la participación entusiasta de muchos médicos y profesionales en un proyecto de sanidad publica que consideraban suyo, y el que trabajábamos con una idea de Servicio Vasco de Salud que estaba muy en sintonía con valores muy arraigados en la sociedad vasca, especialmente la solidaridad.
Pero el motivo de haberle hoy adjudicado el post del día, es un interesante artículo publicado en El País titulado Interesada confusión, en el que hace un repaso preciso de la realidad entre la vida privada/pública de la sanidad y las distintas formas de gestión de esa realidad.
De obligada lectura para los que aun no distinguen entre un financiador y un proveedor de servicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario