Sabía que lo había leido en algún sitio pero no recordaba donde. Pero busca que te busca y retrocediendo sólo 5 años he localizado este maravilloso decálogo de como deben gestionarse las organizaciones sanitarias.
En el caso de Nicolás Guerra, está claro que le han aplicado el punto nueve del decálogo que dice:
9- CONTRATO DIRECTIVO PARA UNA GESTIÓN ESTABLE Y PROFESIONALIZADA
Los directivos deben tener un contrato por tiempo determinado, en el que se debe establecer un mecanismo formalizado y transparente para la eventualidad de un cese antes de finalizar el mismo. Estos ceses serán siempre motivados y decididos, o en su caso informados, por el órgano colegiado de gobierno del centro sanitario. Los dictámenes del órgano de gobierno, serán accesibles a cualquier institución social representativa.
Estos procedimientos buscan aumentar la estabilidad de los directivos para que sean factibles proyectos de gestión y cambio institucional más dilatados y menos vulnerables a alternancias políticas, siempre bajo la supervisión del órgano colegiado de gobierno. Cuando se establece que el cese de directivos tiene que guardar relación con factores objetivables del desempeño, estamos: aportando estabilidad institucional, creando incentivos para un comportamiento eficiente, favoreciendo la selección progresiva de los mejores, consolidando mecanismos de aprendizaje y desarrollo directivo, y haciendo identificable la responsabilidad social corporativa de la organización.
Y en consecuencia te ceso fulminantemente.
¿Y quienes son los autores de esta joya, hace 5 años?. Pues el trio calavera: Freire, Repullo y Oteo, el trio la-la-la del Instituto de Salud Carlos III. En el caso de Freire, suponemos que nos lo aplicará en el futuro Buen Gobierno de Osakidetza y que se mencionará el caso actual como un ejemplo de pésima gestón de un problema.
En el caso de Nicolás Guerra, está claro que le han aplicado el punto nueve del decálogo que dice:
9- CONTRATO DIRECTIVO PARA UNA GESTIÓN ESTABLE Y PROFESIONALIZADA
Los directivos deben tener un contrato por tiempo determinado, en el que se debe establecer un mecanismo formalizado y transparente para la eventualidad de un cese antes de finalizar el mismo. Estos ceses serán siempre motivados y decididos, o en su caso informados, por el órgano colegiado de gobierno del centro sanitario. Los dictámenes del órgano de gobierno, serán accesibles a cualquier institución social representativa.
Estos procedimientos buscan aumentar la estabilidad de los directivos para que sean factibles proyectos de gestión y cambio institucional más dilatados y menos vulnerables a alternancias políticas, siempre bajo la supervisión del órgano colegiado de gobierno. Cuando se establece que el cese de directivos tiene que guardar relación con factores objetivables del desempeño, estamos: aportando estabilidad institucional, creando incentivos para un comportamiento eficiente, favoreciendo la selección progresiva de los mejores, consolidando mecanismos de aprendizaje y desarrollo directivo, y haciendo identificable la responsabilidad social corporativa de la organización.
Y en consecuencia te ceso fulminantemente.
¿Y quienes son los autores de esta joya, hace 5 años?. Pues el trio calavera: Freire, Repullo y Oteo, el trio la-la-la del Instituto de Salud Carlos III. En el caso de Freire, suponemos que nos lo aplicará en el futuro Buen Gobierno de Osakidetza y que se mencionará el caso actual como un ejemplo de pésima gestón de un problema.
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