Descanse en paz
Elevemos unas plegarias por el alma de una tarjeta que ha fallecido en plena infancia sin poder demostrar al mundo sus potencialidades. Falleción fruto del llamado síndrome del cambio y de la pésima gestión de venta que realizaron su progenitores.
La bromita va a costar la friolera de 11 millones de € que directamente se van a anotar en el epígrafe de proyecto fallido sin responsables a los que echar la culpa ni pasarles la factura
La bromita va a costar la friolera de 11 millones de € que directamente se van a anotar en el epígrafe de proyecto fallido sin responsables a los que echar la culpa ni pasarles la factura
La pasta que ha costado cada tarjeta y la creación de Izenpe que sin la ONA pierde casi su sentido.
ResponderEliminarO sea...que ahora tengo un cacho de plastico caro inservible en la cartera.
Cuando se mata a un niño, ¿la culpa la tiene su madre por haberlo traido al mundo o el asesino que acaba con su vida?
ResponderEliminarVisto las cifras que se manejan, cada ONA ha costado por encima de los 50 € así que el pedazo de plástico que no sirve para nada es una joya.
ResponderEliminarYo que tu la guardaba porque a lo mejor se combierte en objeto de culto y en unos años es una pieza de colección
¡Que paciencia hay que tener, que paciencia! Pero no pasa nada, ya estamos los demás para enjuagar ésta y otras deudas.
ResponderEliminarMafalda
La tarjeta, con todas sus pijaditas técnicas, que creeme, las tiene todas, puede costar entre los 12 y los 15 euros. El resto de las pasta gastada se la lleva Izenpe la infraestructura de Izenpe.
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